47 años después: Hallado en un arroyo de EE.UU. el coche en el que viajaba una estudiante desaparecida
En 1976, un joven de 22 años llamado Kyle Clinkscales desapareció en Georgia (EE.UU.). Fue visto por última vez en un bar donde trabajaba, antes de regresar a Alabama, donde estudiaba.
El chico conducía un Ford Pinto blanco y, aunque las autoridades buscaron información que pudiera ofrecer pistas sobre su paradero, el misterio sobre su desaparición continuó durante décadas, ya que nadie compartió ninguna información al respecto.
Pero todo cambió en diciembre de 2021, cuando la policía recibió un chivatazo de que había un coche del mismo modelo que el de Kyle en un arroyo de la localidad de Cusseta (Alabama).
Lo más impresionante de todo es que en el interior del vehículo se encontraron los restos de un ser humano y un documento de identidad que coincidía con el del propio Kyle.
Se realizaron análisis y se ADN El cadáver hallado en el coche pertenecía al estudiante desaparecido desde hacía casi 50 años. La respuesta definitiva no se dio hasta febrero de este año, rompiendo el misterio de años sobre el paradero de Kyle.
Ver también: Aprende a hacer incienso natural con canela como ingrediente principalEn el pasado, las investigaciones han sugerido que Kyle podría haber sido asesinado y dos personas han sido detenidas por supuestas conexiones con el crimen. Sin embargo, por mucho que se hayan encontrado su coche y sus restos, la verdadera causa de defunción del estudiante aún se desconoce.
Ver también: ¡La fabricación del chocolate KitKat ha dejado impactados a los fans de la marca!Un hecho triste es que los padres de Kyle no pudieron seguir el cierre de esta historia, ya que fallecieron hace unos años. Su padre falleció en 2007 y su madre a principios de 2021, poco antes de que se encontrara el coche en el arroyo.
En Estados Unidos, muchos casos como el de Kyle siguen sin resolverse, a la espera de pruebas que permitan cerrar el caso. Es increíble cómo pruebas de esta envergadura han permanecido ocultas durante 47 años.
Esto hace que uno se pregunte cuántas pruebas o testigos podrían surgir para dar una respuesta a familiares de personas desaparecidas o a casos sin resolver por falta de novedades.
