O Tarjeta de empresa El programa para Jefes de Estado se creó en 2001, bajo el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, y ha sido polémico desde entonces, con gastos siempre millonarios y poco realistas para la vida financiera de la mayoría de la gente.

El uso de la Tarjeta de Pago del Gobierno Federal (CPGF), como es su verdadero nombre, debe destinarse a pagar servicios especiales y financiar viajes y gastos relacionados con el gobierno.

No obstante, existe un límite de gasto fijado por el Ministerio de Hacienda, tal y como se indica en la Ordenanza nº 95/2002, principalmente para gastos de escasa cuantía, que se consideran inferiores al 5% del importe indicado por el Ministerio.

Con la toma de posesión de Lula como presidente, se rompió el Estado de derecho. 100 años de secretismo que el anterior Gobierno había puesto sobre cierta información, incluida la relativa a los gastos con tarjetas de empresa.

La semana pasada se dieron a conocer los montos que Bolsonaro gastó con el CPGF en sus 4 años de mandato, así como detalles de algunas compras y establecimientos con los que más se gastaron los fondos.

En el gobierno Bolsonaro, el gasto en la tarjeta corporativa llegó a R$ 32.659.369,02. El monto es alto y asusta a la población que vive con poco, pero no es exclusivo del gobierno Bolsonaro.

Junto con el gasto de Bolsonaro en su gobierno, también se divulgó el gasto de los gobiernos anteriores, que resultó ser aún mayor que el del gobierno de Bolsonaro, cuando se corrige con el Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio (IPCA).

El gasto más alto de la lista fue el de Lula en su primer mandato, con un total de 59.075.679,77 reales. En su segundo mandato la cifra cayó a 47.943.615,34 reales. Esta cifra se mantuvo casi igual en el primer mandato del gobierno Dilma, con un total de 42.359.819,13 reales.

El escenario cambió un poco en el conflictivo segundo mandato de Rousseff, que tuvo gastos de "sólo" R$ 10.212.647,25. Pero eso fue porque ella no completó su mandato, ya que sufrió un proceso de privación de libertad. impugnación en 2016.

En el gobierno Temer, el monto gastado en la tarjeta corporativa fue de R$ 15.270.257,50, y en el gobierno Bolsonaro, como ya vimos, de R$ 32.659.369,02.

La diferencia encontrada entre los gobiernos fue el tipo de gastos que se hicieron con la tarjeta corporativa. En los gobiernos Lula y Dilma, la concentración fue mayor en viajes y alojamiento para programas oficiales en el exterior. En el gobierno Bolsonaro, los gastos se concentraron en alimentos.