Gestionar una gran fortuna no es tarea fácil, y ser mujer en este entorno de gestión financiera, donde la mayoría de los grandes nombres son hombres, dificulta aún más la tarea.

UOL presentó recientemente a una de las mayores gestoras financieras de Brasil, que se ha convertido en uno de los nombres más importantes del mercado del país. Marise Reis Freitas, de 59 años, es responsable de una rica cartera, en la que millones de inversores le confían su fortuna.

Junto con otros seis analistas, la minera nacida en Diamantina está pendiente de unos 600.000 millones de reales, procedentes de la compra de fondos de renta fija del Banco do Brasil.

Hoy trabaja como ejecutiva en BB Asset Management, donde la cartera es mayor que la de la mayoría de los bancos privados. Está especializada en analizar los riesgos que puede provocar esta modalidad, y realiza su trabajo con gran dedicación.

Según ella, se trata de un trabajo peligroso que requiere mucho cuidado porque implica grandes inversiones, por lo que siempre se hace despacio, estudiando el terreno de antemano.

Una de sus mejores cualidades es mantener la calma en momentos de pánico, una habilidad que, según dice, tuvo que aprender en el mundo financiero, porque cuando manejas el dinero de otras personas, la presión siempre está ahí, especialmente en momentos de crisis, como las quiebras bancarias.

Para Marise, la planificación es la clave para mantenerse tan a salvo, ya que a menudo es necesario retirar fondos que no estaba previsto utilizar para cubrir las pérdidas de los inversores.

"Es la vida de la gente la que está en mi mano, eso se gestiona bien cuando trabajas, así que no estás en posición de que te presionen", dijo.

Carrera profesional

Cuando empezó su carrera en los años 90, Marise se encontró con algunas barreras en el mercado laboral, pues ya era madre de dos hijos y las horas de trabajo como agente eran muy elevadas, y en este contexto los bancos no querían darle una oportunidad.

Pero el Banco do Brasil nunca le preguntó si tenía hijos o estaba casada. A los 30 años, pudo incorporarse a la empresa tras dar a luz a su hija menor y presentarse a las oposiciones de la institución.

Su trayecto al trabajo era bastante largo, pero pronto consiguió que la reubicaran en la mayor agencia del país. En 1998 la aprobaron para BB DTVM (Distribuidora de Títulos y Valores Mobiliarios), un puesto muy competitivo con una remuneración muy alta.

Marise es una persona reservada, pero admite que es una gran aficionada del Cruzeiro y que una de sus aficiones favoritas es ver partidos de fútbol. Cuando se mudó a Río de Janeiro, adoptó al Flamengo como equipo de su corazón.