La mayor gestora de fondos de Brasil, Luis Stuhlberger Nunca pensó que llegaría tan lejos.

Al menos eso decía al principio de su carrera, cuando se definía como un chico sin muchas cualidades, desde su época escolar.

Él mismo describe su personalidad como la de un chico inteligente, y eso es todo lo que es. Si no fuera por eso, pasaría desapercibido entre sus conocidos.

Inseguro y con problemas de autoestima, el chico se sentía el patito feo de la clase y nunca imaginó que podría ser un hombre de éxito profesional.

Aun así, ha alcanzado una posición de gran poder, y su empresa, Verde Asset Management, es actualmente la mayor gestor de fondos del mercado .

Bajo su tutela están cerca de 26 mil millones de reales sólo en la categoría de Fondos Multimercado, además de 49 mil millones de reales en activos.

La empresa, que fundó en 1997, ha generado nada menos que una rentabilidad superior al 18.000%, registrando beneficios todos los años excepto en 2008, cuando el mundo entero sufrió pérdidas por la crisis inmobiliaria y financiera que comenzó en Estados Unidos.

¿Cómo ha llegado tan lejos? Eso es lo que averiguaremos en este artículo.

¿Quién es Luis Stuhlberger?

Heredero de una empresa de construcción que lleva el apellido de su familia, Luis estudió en una de las mejores escuelas de São Paulo, Bandeirantes. En la ciudad que también le vio nacer, cursó Ingeniería Civil en la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo (USP).

Siempre destacó por su inteligencia, pero no quiso dedicarse a la ingeniería, influido por su padre, quien, con la esperanza de continuar el negocio familiar, el Sr. Stuhlberger también tenía inversiones en un banco y una empresa petroquímica.

Pero no fue en la empresa de su padre donde empezó su carrera, ni en el mercado financiero.

Tras licenciarse en 1977, fue directamente a un curso de especialización en la Fundação Getúlio Vargas, que le acreditó para trabajar en Hedging-Griffo, empresa que actuaba como intermediaria de un banco en el que el padre de Stuhlberger tenía acciones.

Pero nada de esto le ha convertido en un hombre seguro de sí mismo. Luis reconoce que tiene persistencia y disciplina, rasgos muy característicos de alguien que siempre ha estudiado mucho.

Sin embargo, según el propio Luis, sólo después de casarse con Lilian, su mujer desde hace 40 años, pudo sentirse más capaz.

También fue con ella con quien Stuhlberger empezó a hacer vida social, asistiendo a eventos y relacionándose con la gente de su entorno. Sólo así pudo dejar a un lado su timidez.

Lilian fue el punto de inflexión en la vida del director. Dice que es muy inteligente, pero también torpe. Juntos han sido padres de tres hijas.

Luis y su esposa Lílian, con la que tiene 3 hijas: Diana, Renata y Beatriz.

Trayectoria profesional de Luis luis Stuhlberger

La empresa de corretaje bancario en la que empezó su carrera no era una gran compañía, pero ante la perspectiva de crecimiento, abrió una nueva área de la empresa: las materias primas.

Fue en este sector donde Luis dejó su impronta, primero en los mercados de lingotes y café, y después en el mercado del oro, un paso audaz desde que en 1982 el oro se comercializara como activo financiero y pudiera negociarse en bolsa.

La empresa se convirtió en una referencia en el mercado de valores del oro y fue precisamente este sector el que sostuvo a la empresa durante los años siguientes, cuando la economía brasileña entró en una crisis inflacionista, provocada por el altísimo precio del petróleo y las guerras de Irán e Irak.

Pérdidas financieras

Entre 1979 y 1980, Brasil atravesó un periodo de descontrol económico total, que afectó directamente a la empresa petrolera de la familia, al banco del que el Sr. Stuhlberger era accionista e incluso a la agencia de valores en la que Luís trabajaba.

Fue una época de felicidad en el amor y de éxitos profesionales tempranos, pero también de grandes pérdidas económicas para la familia.

Luis Stuhlberger tuvo que vender el banco para pagar las deudas de la petroquímica, que quebró en plena crisis del petróleo. El heredero pasó entonces de propietario a empleado.

En medio de todo este torbellino de pérdidas, el éxito con el oro le valió a Luis el apodo de rey del metal y fue la puerta que le abrió al éxito.

Al fin y al cabo, consiguió hacer del oro la inversión más segura y rentable de la época, incluso ante el peor escenario económico que atravesaba el país.

Su fama recorrió el mercado y fue invitado por el Banco Central a formar parte de su equipo, porque su director de entonces dijo ver en aquel chico tímido una enorme capacidad para gestionar y profesionalizar áreas en expansión.

Nuevas vías

Llegaron los años 90 y con ellos un nuevo gobierno y la esperanza de días más tranquilos en la economía brasileña. Hasta que el Presidente electo Fernando Collor abrió el mercado y trajo la competencia del oro.

Aunque esto quebró por completo la rama aurífera de Brasil, la apertura de la economía vino acompañada de muchas posibilidades para quienes invertían en bolsa.

El mercado de fondos de inversión, entonces, ganó solidez y fuerza con el Plan Real e incluso un marco regulador en 1995.

Al cabo de dos años, en 1997, Stuhlberger se animó por fin a crear su propio fondo.

O Verde (en homenaje al equipo de fútbol del que es hincha, el Palmeiras) se creó con un patrimonio de 1 millón, la mitad procedente de BM&F, que invirtió para incentivar el mercado, y de pequeños clientes, con inversiones a partir de R$ 5 mil.

¿Suerte o valor?

La capacidad de vislumbrar los próximos pasos del mercado es una característica del directivo que, en 24 años, ha visto cómo su empresa obtenía beneficios anuales.

El primer golpe maestro de este tipo se produjo en 1997, cuando la crisis asiática golpeó la economía brasileña y obligó al gobierno a subir los tipos de interés.

En ese momento, visualizó el escenario desfavorable para el Real que se devaluaría frente al dólar, lo que no le daría al gobierno otra alternativa que aumentar la tasa de interés.

Stuhlberger compró contratos de futuros, creyendo que el tipo Selic subiría, y no fue así.

En los días siguientes, la crisis se extendió a todos los continentes y la tasa Selic pasó del 19% al 40%. Resultado, primer año de los Verdes y una ganancia del 29%.

Green hizo historia

Entre 1998 y 1999, Verde dio otro golpe maestro al invertir en dólares, inicialmente para proteger sus activos.

En aquella época, un real valía un dólar, pero Luis Stuhlberger consideró que esta paridad no podía mantenerse ante un mercado globalizado en el que competían empresas de distintas nacionalidades.

A finales de año, cuando viajaba a Foz do Iguaçu con sus dos hijas mayores, Stuhlberger recibió la noticia de la caída del presidente del Banco Central.

Automáticamente, el mercado entró en desesperación y el dólar se puso por las nubes, comprando empresas exportadoras que se beneficiarían más de ese escenario.

Una vez más, Verde obtuvo beneficios, esta vez con una ganancia del 135%, duplicando sus activos de 5 millones de reales.

Cambios políticos

Era 2002, de nuevo año electoral, y como de costumbre, el mercado se volvió inestable ante la posibilidad de una política de control de la economía.

Los candidatos eran José Serra, del partido neoliberal, y Lula, del partido socialista.

Mientras las encuestas apuntaban a la victoria del neoliberal, el mercado permanecía tranquilo, hasta que en algún momento el candidato contrario se adelantó y todo apuntaba a un vuelco.

La bolsa brasileña empezó entonces a caer y el dólar subía día a día. El mercado ya sufría por la posibilidad de un presidente socialista.

A pesar de este sesgo, temido por el mercado financiero, los miembros del futuro gobierno se dedicaron a tranquilizar a los inversores mediante discursos y reuniones.

Luis asistió a una de ellas y decidió darle un voto de confianza. La promesa era que, durante 2003, la economía se estabilizaría, que Lula no rompería el país con intervenciones sin sentido y, además, que el Congreso aprobaría todas las propuestas enviadas por el Gobierno.

Una vez más, Verde fue a contracorriente y, siempre en 2002, compró valores que estaban bajando. Las previsiones se confirmaron y, en 2003, la bolsa se revalorizó un 100%, haciendo que Verde ganara mucho con las apuestas realizadas.

El gran gestor

En sus 24 años de existencia, el único ejercicio en el que Verde sufrió pérdidas del 6,4% fue en 2008. Un resultado que no afectó a la liquidez de la empresa, pero que demostró que incluso un buen gestor puede cometer errores.

Es cierto, sin embargo, que no se equivocó del todo, sólo hizo una predicción de que la bolsa se recuperaría más rápido de lo que realmente lo hizo, y acabó comprando acciones que tardaron más en revalorizarse de lo que predijo.

En vista de ello, el gestor envió una carta a los inversores informándoles de que tomar decisiones es valiente y arriesgado al mismo tiempo.

Pero esa dolorosa pérdida pasó rápidamente, con la ganancia de más del 50% en 2009 siguiendo año tras año.

Pasó el tiempo y aquel chico tímido y torpe dio paso a un gran gestor financiero, lleno de coraje y audacia.

Luis Stuhlberger ha realizado millones de transacciones a lo largo de los años, con lo que ha ganado un buen dinero.

Con el éxito de Verde, Stuhlberger ya ha ampliado su negocio, creando Verde Asset Management y Credit Suisse - el primero como controlador, el segundo como socio minoritario.

El gran gestor de fondos Luis Stuhlberger tiene 66 años y no piensa jubilarse. Quiere seguir el ejemplo de George Soros, otro multimillonario que sigue activo incluso a los 90 años.

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